sábado, 26 de diciembre de 2020

poesía al azar

 

  

SELECCIÓN PERSONAL Y AZAROSA

POEMAS/POETAS

Puerto Varas, noviembre de 2020

“La Vida es muy Personal”

(Antonia Cuevas Crovetto)

 

Miguel Arteche (Chile)

Hay hombres que nunca partirán

Hay hombres que nunca partirán,
y se les ve en los ojos,
pues uno recuerda sus ojos muchos años después de que han partido.

Pueden estar lejanos,
pueden aparecer a medianoche
(si están muertos)
y jugar a que viven.
Pero siempre, con la desolación de su ausencia,
uno comprende que no han vivido en vano,
y que su esperanza
es la única esperanza digna de ser vivida.

Y los hombres que nunca partirán
suelen no aparecer en los periódicos,
no se habla de ellos en las radios,
su imagen no gesticula en la televisión:
no son gente importante,
no circulan entre las altas esferas.
Son aquellos
que aceptaron el sufrimiento
y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres
sin decir una sola palabra:
pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos
para que nunca los olvidemos cuando ellos hayan partido.

 

Para que estemos menos solos

Para que estemos menos solos
nos entregaste, Señor, nuestros muertos.

Nunca los conocimos cuando estaban
con nosotros.
Decíamos
que la vida es muy larga: ya tendremos
tiempo de conocerlos.
Nunca supimos quiénes eran
mientras vivían.

Y ahora que están lejos
los entregas, Señor, como ellos son:
limpios de toda vanidad,
sin sus pobres miserias,
bruñidos por la luz y tamizados por la oscuridad.

Nunca estuvieron solos nuestros muertos.
Son ellos los que gimen en la noche
por nuestra soledad.

Invocaciones a nuestra señora del apocalipsis

Primera invocación

Dame tu paz y el poder de tu torre
que levantada rasga el firmamento.
Déjame hallar el día de tu Verbo, la roca
donde se estrella el puño de la noche.
Envía hasta mis sombras las solares escalas
de tu poder, los ríos inmortales
de su sabiduría.
Rompe el trono de cieno. Limpia el ojo. Destruye
sobre mi corazón los gélidos anillos.
Tú, sangre de David.
Espejo de alegría.
Morada del Señor.

Haz que mi cuerpo siga tu madrugada. Canten
tus soles en mi mesa.
Que no despierte a solas en la noche mirando
las redes fabulosas del pasado.
Y cuando me hunda y me hunda sobre tus huellas, deja
que los cegados perros de mis palabras busquen
el prodigioso pie de tu ternura.
Cántico de la tierra.
Estrella de los vientos.
Cuna que abarca el mundo.

Guía mi mano sobre las montañas y el mar.
Sostén mi mano cuando la jauría
de la noche penetre hasta mis huesos.
Y cuando venga el viento de las turbias astillas
levanta el invisible muro de tu mirada.
Funde
los pétreos latigazos de la carne.
Llave del desterrado.
Puerta para los parias.
Norte lustral del ciego.

Todo es noche en el mundo. Tu sol descienda al mundo.
Todo es noche en el hombre. Tu sol descienda al hombre.
Mantén la investidura del planeta, los ángulos
de la tierra que ya se desmoronan.
Y ruega por nosotros en la ira del juicio.
Y pide por nosotros
al fruto inmarcesible de los tiempos.
Cimiento de los orbes.
Bahía donde el mundo se refugia.
Soplo y eternidad de la esperanza.
Crezcan ríos gloriosos que a través de las llamas
suban y suban: lleguen
hasta la majestad de tu regazo.
Y ruega, Madre, ruega por nosotros
ahora y en la hora de la muerte.
Ruega
para que el mundo destruya sus mortales sellos.
Ruega
en las postrimerías de la noche.
Ruega
cuando los relámpagos florezcan en los ojos
de los resucitados.
Ruega
y ruega por nosotros
ahora y en la hora que se acerca.
Virgen del fin del tiempo.
Mano que ahora sujeta la cólera del Padre.
¡Los cuatro vientos sostienen sobre los ojos del cielo
tus imperiosas manos que salvarán la tierra!.

 

Miguel Hernández (España)

Todo era azul

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.

Sonreír con la alegre tristeza del olivo.

Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.

Me siento cada día más libre y más cautivo
en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.
Cruzan las tempestades sobre tu boca fría
como sobre la mía que aún es un soplo estivo.

Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece
como un abismo trémulo, pero valiente en alas.
Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.

Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.
Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.
Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda..

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.


19 de diciembre de 1937

Desde que el alba quiso ser alba, toda eres
madre. Quiso la luna profundamente llena.
En tu dolor lunar he visto dos mujeres,
y un removido abismo bajo una luz serena.

¡Qué olor de madreselva desgarrada y hendida!
¡Qué exaltación de labios y honduras generosas!
Bajo las huecas ropas aleteó la vida,
y sintieron vivas bruscamente las cosas.

Eres más clara. Eres más tierna. Eres más suave.
Ardes y te consumes con más recogimiento.
El nuevo amor te inspira la levedad del ave
y ocupa los caminos pausados de tu aliento.

Ríe, porque eres una madre con luna. Así lo expresa
tu palidez rendida de recorrer lo rojo;
y ese cerezo exhausto que en tu corazón pesa,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo.

Ríe, que todo ríe: que todo es madre leve.

Profundidad del mundo sobre el que te has quedado sumiéndote y

ahondándote mientras la luna mueve,
igual que tú, su hermosa cabeza hacia otro lado.

Nunca tan parecida tu frente al primer cielo.
Todo lo abres, todo lo alegras, madre, aurora.
Vienen rodando el hijo y el sol. Arcos de anhelo
te impulsan. Eres madre. Sonríe. Ríe. Llora.

El hombre no reposa

El hombre no reposa: quien reposa es su traje
cuando, colgado, mece su soledad con viento.
Mas, una vida incógnita como un vago tatuaje
mueve bajo las ropas dejadas un aliento.

El corazón ya cesa de ser flor de oleaje.
La frente ya no rige su potro, el firmamento.
Por más que el cuerpo, ahondando por la quietud, trabaje,
en el central reposo se cierne el movimiento.

No hay muertos. Todo vive: todo late y avanza.
Todo es un soplo extático de actividad moviente.
Piel inferior del hombre, su traje no ha expirado.

Visiblemente inmóvil, el corazón se lanza
a conmover al mundo que recorrió la frente.
Y el universo gira como un pecho pausado.


Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?

Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?
¿Esto es mi tumba o es mi bóveda materna?
Pasa el latido contra mi piel como una fría
losa que germinara caliente, roja, tierna.

Es posible que no haya nacido todavía,
o que haya muerto siempre. La sombra me gobierna.
Si esto es vivir, morir no sé yo qué sería,
ni sé lo que persigo con ansia tan eterna.

Encadenado a un traje, parece que persigo

desnudarme, librarme de aquello que no puede
ser yo y hace turbia y ausente la mirada.

Pero la tela negra, distante, va conmigo
sombra con sombra, contra la sombra hasta que ruede
a la desnuda vida creciente de la nada.

Vuelo

Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.


No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.


Sepultura de la imaginación

Un albañil quería ... No le faltaba aliento.
Un albañil quería, piedra tras piedra, muro
tras muro, levantar una imagen al viento
desencadenador en el futuro.

Quería un edificio capaz de lo más leve.
No le faltaba aliento. ¡Cuánto aquel ser quería!
Piedras de pluma, muros de pájaros los mueve
una imaginación al mediodía.

Reía. Trabajaba. Cantaba. De sus brazos,
con un poder más alto que el ala de los truenos,
iban brotando muros lo mismo que aletazos.
Pero los aletazos duran menos.

Al fin era la piedra su agente. Y la montaña
tiene valor de vuelo si es totalmente activa.
Piedra por piedra es peso y hunde cuanto acompaña
aunque esto sea un mundo de ansia viva.


Un albañil quería ... Pero la piedra cobra
su torva densidad brutal en un momento.
Aquel hombre labraba su cárcel. Y en su obra
fueron precipitados él y el viento.


Eterna sombra

Yo que creí que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.

Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.

Sólo la sombra. Sin rastro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.

Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad del rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.

Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.

Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.


Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.

Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.

Soy una abierta ventana que escucha,
por donde ver tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.

 

Nicanor Parra (Chile)

Los vicios del mundo moderno

Los delincuentes modernos
Están autorizados para concurrir diariamente
a parques y jardines.
Provistos de poderosos anteojos y de relojes de bolsillo
Entran a saco en los kioskos favorecidos por la muerte
E instalan sus laboratorios entre los rosales en flor.
Desde allí controlan a fotógrafos y mendigos que deambulan por los alrededores
Procurando levantar un pequeño templo a la miseria
Y si se presenta la oportunidad llegan a poseer a un lustrabotas melancólico.
La policía atemorizada huye de estos monstruos
En dirección del centro de la ciudad
En donde estallan los grandes incendios de fines de año
Y un valiente encapuchado pone manos arriba a dos madres de la caridad.

Los vicios del mundo moderno:
El automóvil y el cine sonoro,
Las discriminaciones raciales,
El exterminio de los pieles rojas,
Los trucos de la alta banca,
La catástrofe de los ancianos,
El comercio clandestino de blancas realizado por sodomitas internacionales,
El auto-bombo y la gula
Las Pompas Fúnebres
Los amigos personales de su excelencia
La exaltación del folklore a categoría del espíritu,
El abuso de los estupefacientes y de la filosofía,
El reblandecimiento de los hombres favorecidos por la fortuna
El auto-erotismo y la crueldad sexual
La exaltación de lo onírico y del subconsciente en desmedro del sentido común.
La confianza exagerada en sueros y vacunas,
El endiosamiento del falo,
La política internacional de piernas abiertas patrocinada por la prensa reaccionaria,
El afán desmedido de poder y de lucro,
La carrera del oro,
La fatídica danza de los dólares,
La especulación y el aborto,
La destrucción de los ídolos.
El desarrollo excesivo de la dietética y de la psicología pedagógica,
El vicio del baile, del cigarrillo, de los juegos de azar,
Las gotas de sangre que suelen encontrarse entre las sábanas de los recién desposados,
La locura del mar,
La agorafobia y la claustrofobia,
La desintegración del átomo,
El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad,
El delirio de retorno al vientre materno,
El culto de lo exótico,
Los accidentes aeronáuticos,
Las incineraciones, las purgas en masa, la retención de los pasaportes,
Todo esto porque sí,
Porque produce vértigo,
La interpretación de los sueños
Y la difusión de la radiomanía.

Como queda demostrado, el mundo moderno se compone de flores artificiales
Que se cultivan en unas campanas de vidrio parecidas a la muerte,
Está formado por estrellas de cine,
Y de sangrientos boxeadores que pelean a la luz de la luna,
Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida económica de los países
Mediante algunos mecanismos fáciles de explicar;
Ellos visten generalmente de negro como los precursores del otoño
Y se alimentan de raíces y de hierbas silvestres.
Entretanto los sabios, comidos por las ratas,
Se pudren en los sótanos de las catedrales,
Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía.

El mundo moderno es una gran cloaca:
Los restoranes de lujo están atestados de cadáveres digestivos
Y de pájaros que vuelan peligrosamente a escasa altura.
Esto no es todo: Los hospitales están llenos de impostores,
Sin mencionar a los herederos del espíritu que establecen sus colonias en el ano de los recién operados.

Los industriales modernos sufren a veces el efecto de la atmósfera envenenada,
Junto a las máquinas de tejer suelen caer enfermos del espantoso mal del sueño
Que los transforma a la larga en unas especies de ángeles.
Niegan la existencia del mundo físico
Y se vanaglorian de ser unos pobres hijos del sepulcro.
Sin embargo, el mundo ha sido siempre así.
La verdad, como la belleza, no se crea ni se pierde
Y la poesía reside en las cosas o es simplemente un espejismo del espíritu.
Reconozco que un terremoto bien concebido
Puede acabar en algunos segundos con una ciudad rica en tradiciones
Y que un minucioso bombardeo aéreo
Derribe árboles, caballos, tronos, música.
Pero qué importa todo esto
Si mientras la bailarina más grande del mundo
Muere pobre y abandonada en una pequeña aldea del sur de Francia
La primavera devuelve al hombre una parte de las flores desaparecidas.

Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando la miserable costilla humana.
Extraigamos de ella el líquido renovador,
Cada cual de acuerdo con sus inclinaciones personales.
¡Aferrémonos a esta piltrafa divina!
Jadeantes y tremebundos
Chupemos estos labios que nos enloquecen;
La suerte está echada.
Aspiremos este perfume enervador y destructor
Y vivamos un día más la vida de los elegidos:
De sus axilas extrae el hombre la cera necesaria para forjar el rostro de sus ídolos.
Y del sexo de la mujer la paja y el barro de sus templos.
Por todo lo cual
Cultivo un piojo en mi corbata
Y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles.

 

Aristóteles España (Chile)

Compañeros

Compañeros, tenemos que buscar una razón
más poderosa que el Partido,
un cauce, un islote, un diminuto ventisquero
que sirva al menos como punto de inicio
y empezar a caminar hacia el reencuentro,
que será una casa -me imagino- amplia,
como los patios de mi pueblo natal,
lleno de grandes ventanales
para que entre libremente el aire
y escuchemos a los árboles del pensamiento;
ese día que -pienso- no está lejano,
llegará como un potro salvaje y se posará
sobre los muslos desnudos de nuestras reflexiones.

 

Una especie de canto

He aprendido a ver el mar entre barrotes
rodeado de secretas amenazas,
a conocer los metales del desprecio,
el valor de la unidad y la palabra, a sentir,
a ser valiente cuando me torturaron,
contemplar como crecen las semillas
en las jaulas…
He aprendido a distinguir los cánticos
del odio,
nacer, caminar entre la bruma
y crecer
y escuchar risas que evocan garras,
muecas, los pasos del verdugo,
el temblar bullicioso de mis venas…
He aprendido a ver las cimas
transparentes de lo humano,
el helado resplandor de la ternura,
la otra dimensión de la esperanza.

 

Pablo Neruda (Chile)

Poema 5

 

Para que tú me oigas

mis palabras

se adelgazan a veces

como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio

para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.

Más que mías son tuyas.

Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.

Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.

Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,

y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte

para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.

Huracanes de sueños aún a veces las tumban

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.

Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.

Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.

Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.

Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito

para tus blancas manos, suaves como las uvas.

 

Ernesto Cardenal (Nicaragua)

Salmos para este Momento del Mundo

Salmo 1

Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido
ni asiste a sus mítines
ni se sienta en la mesa con los gangsters
ni con los generales en el Consejo de Guerra

Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio

Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans
Será como un árbol plantado junto a una fuente.

Salmo 4

Óyeme porque te invoco Dios de mi inocencia
Tú me libertarás del campo de concentración
¿Hasta cuándo los líderes seréis insensatos?
¿Hasta cuándo dejaréis de hablar con slogans y de decir pura propaganda?

Son muchos los que nos dicen:
¿quién nos librará de sus armas atómica?
Haz brillar señor tu faz serena
sobre las Bombas.

Tú le diste a mi corazón una alegría
mayor que la del vino que beben en sus fiestas

Apenas me acuesto estoy dormido
y no tengo pesadillas ni insomnio.
y no veo los espectros de mis víctimas

No necesito Nembutales
Porque Tú Señor me das seguridad.

 

 

Salmo 5

Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos

Escucha mi protesta
porque no eres Tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gangster

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en sus Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

Sus radios mentirosos rugen toda la noche
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros

Pero Tú me salvarás d sus planes
Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes son las bayonetas

Castígalos Oh Dios
malogra su política
confunde sus memorandums
impide sus programas

A la hora de la sirena de alarma
Tú estarás conmigo
Tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias ni en sus campañas políticas
Tú lo bendices

Lo rodeas con tu amor
Como con tanques blindados

Salmo 9 (9/10)

Cantaré Señor tus maravillas
Te cantaré Salmos

Porque fueron derrotadas sus Fuerzas Armadas
Los poderosos han caído del poder.
Han quitado sus retratos y sus estatuas
y sus placas de bronce

Borraste para siempre jamás sus nombres
sus nombres ya no figuran en sus diarios
y no los conocerán sino especialista de la historia

Les quitaron sus nombres a las plazas y a las calles
(puestos por ellos mismos) Destruiste su Partido

Pero Tú tienes un gobierno eterno
un gobierno de JUSTICIA
Para gobernar los gobiernos de la Tierra
todos los pueblos

Y eres el defensor de los pobres

Porque Tú recordaste sus asesinatos
y no te olvidas del clamor de los pobres

Mírame Señor en el campo de concentración
Corta las alambradas
y sácame de las puertas de la muerte
para poder cantarte Salmos en las puertas de Sión
y celebrar en Sión el día V

Serán derrotados por sus propios armamentos
y liquidados por su propia policía

Como purgaron a otros
Los purgarán a ellos
El Señor destruirá todas sus tácticas
Y ellos estarán embalsamados en sus Mausoleos
Levántate Señor
no prevalezca el hombre lleno de condecoraciones

Porque no han de estar siempre olvidados los explotados
La esperanza de los pobres no fallará siempre

Oh Señor
arroja sobre ellos sus sistemas de terror
Que sepan ellos que son hombres y no dioses
¿Hasta cuándo Señor estarás escondido?
¿Los ateos dicen que no existes?
¿Hasta cuándo triunfarán los dictadores?
¿Hasta cuándo hablarán sus radios?

Ellos celebran fiestas todas la noches
y nosotros miramos las luces de sus fiestas

Ellos están en sus banquetes
y nosotros estamos en prisión
para ellos Dios es una palabra abstracta
la JUSTICIA es un slogan!

Sus Declaraciones de Prensa son falsedad y engaño
Sus palabras un arma de propaganda
un instrumento de opresión
Sus redes de espionaje nos rodean
Sus ametralladoras están apuntadas contra nosotros
Levántate Señor
no te olvides de los explotados
Porque ellos creen que son impunes

Tú lo ves
Porque miras nuestras prisiones
A ti se te confían los perseguidos
y se te encarga el hijo huérfano
los huérfanos de nuestros asesinados

Quebranta Señor su guardia secreta
y sus Consejos de Guerra

Que su fuerza militar no pueda ser hallada

Porque Tú eres quien gobierna por los siglos eternos
y oyes la oración de los humildes
y el llanto de los huérfanos
y defiendes a los despojados
a los explotados

Para que ellos no se ensoberbezcan
los de arriba
los que tienen el poder

Salmo 130

No se ensoberbece Señor mi corazón

Yo no quiero ser millonario
ni ser el Líder ni ser Primer Ministro

Ni aspiro a puestos públicos
ni corro detrás de las condecoraciones
yo no tengo propiedades ni libreta de cheques
y sin Seguro de Vida
estoy seguro.

Como un niño dormido en los brazos de su madre...

Confíe Israel en el Señor
y no en los líderes.

Salmo 11

Libértanos tú
porque no nos libertarán sus partidos
Se engañan los unos a los otros ,
Y se explotan los unos a los otros
Sus mentiras son repetidas por mil radios sus calumnias están en todos los periódicos
Tienen oficinas especiales para hacer Mentiras
Esos que dicen:
«Dominaremos en la Propaganda La Propaganda está con nosotros»
Por la opresión de los pobres por el gemido de los explotados
ahora mismo me levantaré
dice el Señor les daré la libertad porque suspiran
Pero las palabras del Señor son palabras limpias y no de Propaganda
Por todas partes están sus armamentos
Nos rodean sus ametralladoras y sus tanques
Nos insultan los asesinos llenos de condecoraciones
Y los que brindan en sus clubs
Mientras nosotros lloramos en tugurios
Los que se pasan la vida en coctail-parties.

Salmo 15

Y yo le dije:
no hay dicha para mí fuera de ti!
Yo no rindo culto a las estrellas de cine
ni a los líderes políticos
v no adoro dictadores
No estamos suscritos a sus periódicos
ni inscritos en sus partidos
ni hablamos con slogans ni seguimos sus consignas
No escuchamos sus programas
ni creemos sus anuncios
No nos vestimos con sus modas
ni compramos sus productos
No somos socios de sus clubs
ni comemos en sus restaurantes
Yo no envidio el menú de sus banquetes
no libaré yo sus sangrientas libaciones!

Me tocó en suerte bella tierra
en la repartición agraria de la Tierra Prometida
Siempre estás tú delante de mí
y saltan de alegría todas mis glándulas
Aun de noche mientras duermo
y aun en el subconsciente
te bendigo!

 

 

 

 

Salmo 16

Oye Señor mi causa justa
atiende mi clamor
Escucha mi oración que no son slogans
Júzgame tú
y no sus Tribunales
Si me interrogas de noche con un reflector
con tu detector de mentiras
no hallarás en mí ningún crimen
Yo no repito lo que dicen los radios de los hombres
ni su propaganda comercial
ni su propaganda política
Yo guardé tus palabras
y no sus consignas
Yo te invoco
porque me has de escuchar
oh Dios
oye mi palabra
Tú que eres el defensor de los deportados
y de los condenados en Consejos de Guerra
y de los presos en los campos de concentración
guárdame como a la niña de tus ojos
debajo de tus alas escóndeme
libértame del dictador
y de la mafia de los gangsters
Sus ametralladoras están emplazadas contra nosotros
y los slogans de odio nos rodean
Los espías rondan mi casa
los policías secretos me vigilan de noche
estoy en medio de los gangsters
Levántate Señor
sal a su encuentro
derríbalos
Arrebátame de las garras de los Bancos
con tu mano Señor líbrame del hombre de negocios
y del socio de los clubs exclusivos
de esos que ya han vivido demasiado!
los que tienen repletas sus refrigeradoras
y sus mesas llenas de sobras
y dan el caviar a los perros
Nosotros no tenemos entrada a su Club
pero tú nos saciarás
cuando pase la noche

Salmo 18

Las galaxias cantan la gloria de Dios
y Arturo 20 veces mayor que el sol
y Antares 487 veces más brillante que el sol
Sigma de la Dorada con el brillo de 300.000 soles
y Alfa de Orión que equivale
a 27.000.000 de soles
Aldebarán con su diámetro de 50.000.000 de kms.
Alfa de la Lira a 300.000 años luz
y la nebulosa del Boyero
a 200.000.000 de años luz
anuncian la obra de sus manos
Su lenguaje es un lenguaje sin palabras
(y no es como los slogans de los políticos)
pero no es un lenguaje que NO SE OIGA
Ondas de radio misteriosas emiten las galaxias
el hidrógeno frío de los espacios inter-estelares
está lleno de ondas visuales y de ondas de música
en los vacíos inter-galáxicos hay campos magnéticos
que cantan en nuestros radio-telescopios
(y tal vez hay civilizaciones
trasmitiendo mensajes
a nuestras antenas de radio)
Son un billón de galaxias en el universo explorable
girando como carruseles
o como trompos de música...
El sol describe su gigantesca órbita
en torno de la constelación del Sagitario
-Es como un esposo que sale de su tálamo
Y va rodeado de sus planetas a 72.000 kms. por hora
hacia las constelaciones de Hércules y de la I.ira
(y tarda 150 millones de años en dar la vuelta)
y no se aparta ni un centímetro de su órbita
La ley del Señor tranquiliza el subconsciente
es perfecta como la ley de la gravedad
sus palabras son como las parábolas de los cometas
sus decretos son como la rotación centrifuga de las galaxias
sus preceptos son los preceptos de las estrellas
que guardan siempre sus sitios
y sus velocidades
y sus distancias respectivas
y se cruzan miles de veces en sus rutas
y nunca chocan
Los juicios del Señor son justos
no como la propaganda
y más valiosos que los dólares
y las acciones comerciales
Guárdame de la soberbia del dinero
y del poder político
y estaré libre de todo crimen
y del delito grande
Y séante gratas las palabras de mis poemas Señor
mi Libertador

Salmo 21

Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado?
Soy una caricatura de hombre
el desprecio del pueblo
Se burlan de mí en todos los periódicos
Me rodean los tanques blindados
estoy apuntado por las ametralladoras
y cercado de alambradas
las alambradas electrizadas
lodo el día me pasan lista
Me tatuaron un número
Me han fotografiado entre las alambradas
y se pueden contar como en una radiografía todos mis huesos
Me han quitado toda identificación
Me han llevado desnudo a la cámara de gas
y se repartieron mis ropas y mis zapatos
Grito pidiendo morfina y nadie me oye
grito con la camisa de fuerza
grito toda la noche en el asilo de enfermos mentales
en la sala de enfermos incurables
en el ala de enfermos contagiosos
en el asilo de ancianos
agonizo bañado de sudor en la clínica del psiquiatra
me ahogo en la cámara de oxígeno
lloro en la estación de policía
en el patio del presidio
en la cámara de torturas
en el orfelinato
estoy contaminado de radioactividad
y nadie se me acerca para no contagiarse
Pero yo podré hablar de ti a mis hermanos
Te ensalzaré en la reunión de nuestro pueblo
Resonarán mis himnos en medio de un gran pueblo
Los pobres tendrán un banquete
Nuestro pueblo celebrará una gran fiesta
El pueblo nuevo que va a nacer

Salmo 25

Hazme justicia Señor
porque soy inocente
porque he confiado en ti
y no en los líderes
Defiéndeme en el Consejo de Guerra
defiéndeme en el Proceso de testigos falsos
y falsas pruebas
No me siento con ellos en sus mesas redondas
ni brindo en sus banquetes
No pertenezco a sus organizaciones
ni estoy en sus partidos
ni tengo acciones en sus compañías
ni son mis socios
Lavaré mis manos entre los inocentes
y estaré alrededor de tu altar Señor
No me pierdas con los políticos sanguinarios
en cuyos cartapacios no hay más que el crimen
y cuyas cuentas bancarias está hechas de sobornos
No me entregues al Partido de los hombres inicuos
Libértame Señor!
Y bendeciré en nuestras comunidades al Señor
en nuestras asambleas

Salmo 30

En ti Señor confío
no sea jamás confundido
Me libraste de la mafia de los gngsters
En tus manos encomiendo mi espíritu
Tú me has libertado oh Señor
Dios de la verdad
Tú aborreces a los seguidores de vanos ídolos
y a los seguidores de consignas
pero yo sólo espero en ti Señor
No me entregaste a su Policía Secreta
Tú me libraste del campo de concentración
Ten piedad de mí Señor porque estoy en tribulación
Mientras ellos están de fiesta
están brindando
lloramos en la noche
en la casa saqueada
Estamos de luto en la mesa de comer
con el puesto vacío pálidos y callados
esperando que llamen a la puerta
En el vecindario no nos saludan
Los compañeros de trabajo no lo conocen a uno
Y nuestro nombre ya no vuelve a pronunciarse
como si uno no hubiera existido nunca
Nos insultan en los radios toda la noche
y los técnicos se reúnen de noche contra nosotros
elaborando planes perfectos
Señor que no sea yo confundido
Que callen para siempre sus radios mentirosos
que hablan contra el justo
Tu presencia es para nosotros como una Línea de defensa
como un Refugio Antiaéreo

 

 

Salmo 34

Declara Señor tu guerra a los que nos declaran la guerra
Porque tú eres aliado nuestro
Grandes potencias están contra nosotros
pero las armas del Señor son más terribles
No los hemos atacado y nos persiguen
no hemos conspirado contra ellos
y estamos encarcelados
Los gangsters me tendieron una red
Oh Señor
tú nos librarás del dictador
de los explotadores del proletariado y el pobre
Alzáronse contra mí testigos falsos
para preguntarme lo que ni sabía
Delante de mí están los Investigadores
presentándome la confesión de conspiración
y la confesión de espionaje y la de sabotaje
Serán destruidos por sus propios sistemas políticos
Serán purgados como purgaron
Su propaganda se ríe de nosotros y nos caricaturizan
¿Hasta cuándo Señor serás neutral
y estarás viendo esto como un puro espectador?
Sácame de la cámara de tortura
libértame del campo de concentración
Su propaganda no es de paz
Tú oyes sus radios
Están provocando la guerra
tú ves sus televisiones
no calles!
Despierta
Levántate a favor mío
Dios mío
en mi defensa!
Que no digan:
«Hemos acabado con nuestros enemigos políticos»
Sean confundidos y avergonzados
los que anuncian nuestra destrucción en la Conferencia
de Prensa y la anuncian con alegría
Y alégrense los que son partidarios nuestros
Te cantaré en mis poemas
toda mi vida

Salmo 36

No te impacientes si los ves hacer muchos millones

Sus acciones comerciales
son como el heno de los campos
No envidies a los millonarios
ni a las estrellas de cine
a los que figuran a ocho columnas en los diarios
a los que viven en hoteles lujosos
y comen en lujosos restaurantes
porque pronto sus nombres no estarán en ningún diario
y ni los eruditos conocerán sus nombres
Porque pronto serán segados como el heno de los campos
No te impacienten sus inventos
y su progreso técnico
Están agrandando los campos de concentración
están inventando nuevas torturas
nuevos sistemas de "investigación"
En la noche no duermen haciendo planes
planeando cómo aplastarnos más
pero el Señor se ríe de ellos
cómo explotarnos más
porque ve que pronto caerán del poder
Las armas que ellos fabrican se volverán contra ellos
Sus sistemas políticos serán borrados de la tierra
y ya no existirán sus partidos políticos
De nada valdrán los planos de sus técnicos
las grandes potencias
Los imperialismos
son como la flor de los prados
son como el humo
Nos espían todo el día
Tienen ya preparadas las sentencias
Pero el Señor no nos entregará a su Policía
No permitirá que seamos condenados en el Juicio
Yo vi el retrato del dictador en todas partes
Se extendía como un árbol vigoroso
y volví a pasar
y ya no estaba
Lo busqué y no lo hallé
Lo busqué y ya no había ningún retrato
y su nombre no se podía pronunciar

 

Salmo 43

Con nuestros oídos lo oímos
nuestros padres nos contaron la historia
lo que tú hiciste con ellos
en los tiempos antiguos
Tú diste victorias a Israel
Porque no confiamos en nuestros armamentos
y los tanques no nos dieron la victoria
Pero ahora nos has abandonado
Has fortalecido sus sistemas de gobierno
has apoyado su régimen y su Partido
Somos los desplazados
Somos los refugiados que no tienen papeles
los confinados en los campos de concentración
condenados a trabajos forzados
condenados a las cámaras de gas
quemados en los crematorios
y sus cenizas dispersadas Somos tu pueblo de Auschwitz
de Buchenwald
de Belsen
de Dachau
Con nuestra piel hicieron pantallas de lámpara
y con nuestra grasa han hecho jabón
Como ovejas al matadero
hiciste que nos llevaran a las cámaras de gas
Nos hiciste deportar
Pusiste en baratillo a tu pueblo
y no había comprador
Íbamos como ganado
hacinados en los vagones
a los campos alumbrados con reflectores y rodeados de alambradas
hacinados en los camiones a las cámaras de gas
donde entrábamos desnudos
y allí cerraban las puertas y apagaban las luces
Y NOS CUBRISTE DE SOMBRAS DE MUERTE
No quedaron de nosotros sino montones de vestidos
montones de juguetes
y montones de zapatos
Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios
y lo hubiéramos cambiado por otros Líderes
¿tú no lo sabrías?
¿Tú que no necesitas de Servicio Secreto
porque conoces los secretos del corazón'?
Todos los días nos pasaban lista
para oír los nombres de los que llegaban a los hornos
Nos entregaban a la muerte todo el día
como ovejas destinadas al matadero
Nos pusiste desnudos delante de los lanzallamas
A tu pueblo lo han borrado dcl mapa
y ya no está en la Geografía
Andamos sin pasaporte de país en país
sin papeles de identificación
Y tú eres ahora un Dios clandestino
¿Por qué escondes tu rostro
olvidado de nuestra persecución y de nuestra opresión?
¡Despierta
y ayúdanos!
¡Por tu propio prestigio!

 

Salmo 48

Óiganme todos los pueblos
Escuchad todos vosotros habitantes del mundo plebeyos y nobles
los proletarios y los millonarios
todas las clases sociales hablaré con proverbios
todas las clases sociales
y sabias palabras acompañado del arpa...
"¿Por qué temeré yo las persecuciones
de los que ponen su confianza en un Banco
y su seguridad en una Póliza de Seguros?"
La vida no se puede comprar con un cheque
sus Acciones son muy altas
no se pueden pagar con dinero
Vivir siempre y no ver jamás el sepulcro:
nadie puede comprar esa Póliza!
Pensaron que vivirían siempre y que siempre estarían en el poder
y les ponían sus nombres a sus tierras
a todas las propiedades que robaban
les quitaron los nombres a las ciudades
para ponerles los suyos
Sus estatuas estaban en todas las plazas
¿Y ahora quién los mienta?
Fueron derribadas sus estatuas de bronce
las placas de bronce fueron arrancadas
Ahora su Palacio es un Mausoleo
No te impacientes pues si ves a uno enriquecerse
si tiene muchos millones
y se acrecienta la gloria de su casa
y es un Hombre Fuerte
Porque en la muerte ya no tendrá ningún gobierno ni ningún Partido
Aunque en su vida la Prensa Oficial proclamase:
«Te alabarán porque has logrado tu felicidad»
tendrá que irse a la morada de sus padres
para no ver ya jamás la luz

Pero el hombre puesto en suma dignidad no entiende
el hombre que está en el poder
el gobernante gordo lleno de condecoraciones
y se ríe y cree que no morirá nunca
y no sabe que es como esos animales
sentenciados a morir el día de la Fiesta

Salmo 57

Señores defensores de Ley y Orden:
¿Acaso el derecho de ustedes no es clasista?
el Civil para proteger la propiedad privada
el Penal para aplicarlo a las clases dominadas
La libertad de que hablan es la libertad del capital
Su «mundo libre» es la libre explotación
su ley es de fusiles y su orden el de los gorilas
de ustedes es la policía
de ustedes son los jueces
No hay latifundistas ni banqueros en la cárcel
Se extravían los burgueses desde el seno materno
tienen prejuicios de clase desde que nacen
como la cascabel nace con sus glándulas venenosas
como el tiburón-tigre nace comedor de gente

Oh Dios acaba con el statu quo
arranca los colmillos a los oligarcas
Que se escurran como el agua de los inodoros
se marchiten como una hierba bajo el herbicida

Ellos son los "gusanos" cuando llega la Revolución
No son células del cuerpo sino que son microbios
Abortos del hombre nuevo que hay que botar
Antes de que echen espinas que los arranque el tractor
El pueblo se divertirá en los clubs exclusivos
tomará posesión de las empresas privadas
el justo se alegrará con los Tribunales Populares
Celebraremos en grandes plazas e! aniversario [de la Revolución
El Dios que existe es el de los proletarios

 

Salmo 78

Oh Dios
Jerusalén es un montón de escombros
La sangre de tu pueblo se derramó en las calles
y corrió por las cunetas
y se fue por las alcantarillas

La propaganda se burla de nosotros
y slogans de odio nos rodean

¿Hasta cuándo Señor estarás airado con nosotros?
¿Arderá tu furor
como et fuego nuclear que no se apaga con agua?
¿Por qué han de decir !os ateos
«¿Dónde está su Dios?» Llegue a tus oídos el gemido de los presos
y la oración de los condenados a trabajos forzados
y los condenados a muerte
y la oración en el campo de concentración

Y nosotros
tu pueblo
Te alabaremos eternamente
Y te cantaremos
De generación
En generación.

 

Vicente Huidobro (Chile)

Monumento al mar

Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte.

Fray Miguel de Guevara (España)

Levántame, Señor

Levántame, Señor, que estoy caído,
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;
quiérome levantar y estoy me quedo:
yo propio lo deseo y yo lo impido.

Estoy, siendo uno solo, dividido:
a un tiempo muerto y vivo, triste y ledo;
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.

Tan obstinado estoy en mi porfía,
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.

Tu poder y bondad truequen mi suerte
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí, nuevos deseos de ofenderte.

 

Amado Nervo (México)

Serenidad

Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...¡pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro
ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores?
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocado en flor de paz!

"Via, veritas et vita"

Serenidad

Ver en todas las cosas
del Espíritu incógnito las huellas;
contemplar
sin cesar,
en las diáfanas noche misteriosas,
la santa desnudez de las estrellas...
¡Esperar!
¡Esperar!
¿Qué? ¡Quién sabe! Tal vez una futura
y no soñada paz... Sereno y fuerte,
correr esa aventura
sublime y portentosa de la muerte.

Mientras, amarlo todo... y no amar nada,
sonreír cuando hay sol y cuando hay brumas;
cuidar de que en el áspera jornada
no se atrofien las alas, ni oleada
de cieno vil ensucie nuestras plumas.

Alma: tal es la orientación mejor,
tal es el instintivo derrotero
que nos muestra un lucero
interior.

Aunque nada sepamos del destino,
la noche a no temerlo nos convida.
Su alfabeto de luz, claro y divino,
nos dice: «Ven a mí: soy el Camino,
la Verdad y la Vida.»

 

Tatev Chakhian (Armenia)

Armenia, aldeas en la carretera

Tan solo déjalas atrás.

 No hagas preguntas a la gente

apoyada en las paredes,

 

no contemples las arrugas

femeninas,

 

no esperes el regreso de los

hombres al hogar,

 

nunca te asomes por encima

de las cunas,

 

mantén tus ojos secos de las

lágrimas,

 

no hagas el gesto de «adiós»

con una mano

 

y no sonrías.

 

Sin tomar fotos,

 

sin escribir poemas sobre

ellos,

 

regresa a tu autobús turístico,

 

apoya tu frente contra una

ventana fría

 

convenciéndote de que no has

visto nada,

 

que no recordarás,

 

y, de hecho, ¡no recuerdes!

 

¡Nunca!

 

¡No recuerdes jamás!

 

Después de la revolución

 

Después de la revolución,

 

después de una guerra

ganada,

 

después de un día de

independencia,

 

un limpiador de calles,

 

sombrío e inclinado,

 

nunca piensa en la revolución

 

ni en la victoria,

 

y tanto menos en la

independencia.

 

N° 39

Cada poema es un zapato,

y cada segundo zapato es un poema.

 

Hay un poema que te lleva

más lejos que un zapato.

 

Hay poemas de impacto y

recreación,

 

uno que te hace doler el dedo

gordo,

 

y, en principio,

 

uno no debería probarse un

poema si no es suyo.

 

Hay haikus de verano,

largos poemas de invierno

y otros de otoño estropeados por

una sola lluvia.

 

Los más jóvenes lucen grandes

poemas

que, de a poco,

terminan encogiéndose algo

más,

y los adultos no amarran

torniquetes a los poemas.

 

Los nuevos poemas crujen,

los antiguos se quedan en silencio.

 

Hay un poema para huir,

otro poema que te lleva a casa

y un poema que debes

quitarte antes de entrar

para calzarte suave,

rítmicamente, en superficie

otro poema totalmente

diferente.

 

Para poner a prueba a un poema

no sirve quemar cuero,

 

tan solo pararse en una calle y

declarar: “estoy perdido”.

 

Bruno Montané (Chile)

El Agua

Con la memoria de las flores y el ruido

tu mirada se mueve en el agua.

Esa música es el movimiento de tus ojos,

estos silencios los pensamientos

que desde el fondo suben

a punto de hacerte feliz.

Al mirar el agua se sabe

qué ha sido y qué falta,

se piensa en qué mueve

cuerpos y tormentas.

Tu mirada se enciende bajo el brillante

techo del agua que traspasa los poros,

las células, el resplandor del cielo.

Y te ríes.

 

Stefan Ivanov (Bulgaria)

palabras escritas en hojitas de papel por 22 refugiados en una biblioteca [1]

 

deseo ser libre

allá donde esté

deseo no ser esposado

а la imbecilidad a la ignorancia

que no haya nube negra alguna en el cielo azul

que del humo del tabaco salga una flor

que la esperanza no sea traidor

que la muerte sobreviva al amor

que la desgracia acontezca al odio

que mi padre no esté encerrado

que rimen

el futuro y el olvido

y que mañana mi familia

esté lejos de la mentira

y esté a mi lado

la felicidad de que me concedan el asilo

será nada comparado con aquello que florecerá

en la pupila del corazón

entonces

 

[1] Poema compuesto únicamente con palabras que un grupo de refugiados escribieron en hojas de papel que se les dieron en la entrada de una biblioteca.

 

Marino (Vicente Huidobro)

Aquel pájaro que vuela por primera vez

Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios

                                               Os he llamado

Yo inventé juegos de agua

En la cima de los árboles

Te hice la más bella de las mujeres

Tan bella que enrojecías en las tardes

La luna se aleja de nosotros

Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos

que nunca han existido

De un grito elevé una montaña

Y en torno bailamos una nueva danza

Corté todas las rosas

De las nubes del Este

Y enseñé a cantar un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino

Que cose los horizontes cortados

 

 

(23) Salmo de David.

El Señor es mi pastor,
nada me faltará.


En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.


El restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.


Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.


Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.


Amor América (1400) (Pablo Neruda)

 

Antes que la peluca y la casaca

fueron los ríos, ríos arteriales:

fueron las cordilleras, en cuya onda raída

el cóndor o la nieve parecían inmóviles:

fue la humedad y la espesura, el trueno

sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado

del barro trémulo, forma de la arcilla,

fue cántaro caribe, piedra chibcha,

copa imperial o sílice araucana.

Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura

de su arma de cristal humedecido,

las iniciales de la tierra estaban

escritas.

Nadie pudo

recordarlas después: el viento

las olvidó, el idioma del agua

fue enterrado, las claves se perdieron

o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales.

Pero como una rosa salvaje

cayó una gota roja en la espesura

y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.

Desde la paz del búfalo

hasta las azotadas arenas

de la tierra final, en las espumas

acumuladas de la luz antártica,

y por las madrigueras despeñadas

de la sombría paz venezolana,

te busqué, padre mío,

joven guerrero de tiniebla y cobre,

oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,

madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,

toqué la piedra y dije:

Quién

me espera? Y apreté la mano

sobre un puñado de cristal vacío.

Pero anduve entre llores zapotecas

y dulce era la luz como un venado,

y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América,

estambre equinoccial, lanza de púrpura,

tu aroma me trepó por las raíces

hasta la copa que bebía, hasta la más delgada

palabra aún no nacida de mi boca.

 

 

 Vienen los pájaros

Todo era vuelo en nuestra tierra.

Como gotas de sangre y plumas

los cardenales desangraban

el amanecer de Anáhuac.

El tucán era una adorable

caja de frutas barnizadas,

el colibrí guardó las chispas

originales del relámpago

y sus minúsculas hogueras

ardían en el aire inmóvil.

Los ilustres loros llenaban

la profundidad del follaje

como lingotes de oro verde

recién salidos de la pasta

de los pantanos sumergidos,

y de sus ojos circulares

miraba una argolla amarilla,

vieja como los minerales.

Todas las águilas del cielo

nutrían su estirpe sangrienta

en el azul inhabitado,

y sobre las plumas carnívoras

volaba encima del mundo

el cóndor, rey asesino,

fraile solitario del cielo,

talismán negro de la nieve,

huracán de la cetrería.

La ingeniería del hornero

hacía del barro fragante

pequeños teatros sonoros

donde aparecía cantando.

El atajacaminos iba

dando su grito humedecido

a la orilla de los cenotes.

La torcaza araucana hacía

ásperos nidos matorrales

donde dejaba el real regalo

de sus huevos empavonados.

La loica del Sur, fragante,

dulce carpintera de otoño,

mostraba su pecho estrellado

de constelación escarlata,

y el austral chingolo elevaba

su flauta recién recogida

de la eternidad del agua.

Mas, húmedo como un nenúfar,

el flamenco abría sus puertas

de sonrosada catedral,

y volaba como la aurora,

lejos del bosque bochornoso

donde cuelga la pedrería

del quetzal, que de pronto despierta,

se mueve, resbala y fulgura

y hace volar su brasa virgen.

Vuela una montaña marina

hacia las islas, una luna

de aves que van hacia el Sur,

sobre las islas fermentadas

del Perú.

Es un río vivo de sombra,

es un cometa de pequeños

corazones innumerables

que oscurecen el sol del mundo

como un astro de cola espesa

palpitando hacia el archipiélago.

Y en el final del iracundo

mar, en la lluvia del océano,

surgen las alas del albatros

como dos sistemas de sal,

estableciendo en el silencio,

entre las rachas torrenciales,

con su espaciosa jerarquía

el orden de las soledades.

 

Los libertadores

Aquí viene el árbol, el árbol

de la tormenta, el árbol del pueblo.

De la tierra suben sus héroes

como las hojas por la savia,

y el viento estrella los follajes

de muchedumbre rumorosa,

hasta que cae la semilla

del pan otra vez a la tierra.

 Aquí viene el árbol, el árbol

 nutrido por muertos desnudos,

 muertos azotados y heridos,

 muertos de rostros imposibles,

 empalados sobre una lanza,

 desmenuzados en la hoguera,

 decapitados por el hacha,

 descuartizados a caballo,

 crucificados en la iglesia.

Aquí viene el árbol, el árbol

cuyas raíces están vivas,

sacó salitre del martirio,

sus raíces comieron sangre,

y extrajo lágrimas del suelo:

las elevó por sus ramajes,

las repartió en su arquitectura.

Fueron flores invisibles,

a veces, flores enterradas,

otras veces iluminaron

sus pétalos, como planetas.

 Y el hombre recogió en las ramas

 las corolas endurecidas,

 las entregó de mano en mano

 como magnolias o granadas

 y de pronto, abrieron la tierra,

 crecieron hasta las estrellas.

Este es el árbol de los libres.

El árbol tierra, el árbol nube.

El árbol pan, el árbol flecha,

el árbol puño, el árbol fuego.

Lo ahoga el agua tormentosa

de nuestra época nocturna,

pero su mástil balancea

el ruedo de su poderío.

 Otras veces, de nuevo caen

 las ramas rotas por la cólera,

 y una ceniza amenazante

 cubre su antigua majestad:

 así pasó desde otros tiempos,

 así salió de la agonía,

 hasta que una mano secreta,

 unos brazos innumerables,

 el pueblo, guardó los fragmentos,

 escondió troncos invariables,

 y sus labios eran las hojas

 del inmenso árbol repartido,

 diseminado en todas partes,

 caminando con sus raíces.

 Este es el árbol, el árbol

 del pueblo, de todos los pueblos

 de la libertad, de la lucha.

Asómate a su cabellera:

toca sus rayos renovados:

hunde la mano en las usinas

donde su fruto palpitante

propaga su luz cada día.

Levanta esta tierra en tus manos,

participa de este esplendor,

toma tu pan y tu manzana,

tu corazón y tu caballo

y monta guardia en la frontera,

en el límite de sus hojas.

 Defiende el fin de sus corolas,

 comparte las noches hostiles,

 vigila el ciclo de la aurora,

 respira la altura estrellada,

 sosteniendo el árbol, el árbol

 que crece en medio de la tierra.


MONUMENTO AL MAR (Vicente Huidobro)

Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño 
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas 
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte

Marino (Vicente Huidobro)

Aquel pájaro que vuela por primera vez

Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios

                                               Os he llamado

Yo inventé juegos de agua

En la cima de los árboles

Te hice la más bella de las mujeres

Tan bella que enrojecías en las tardes

La luna se aleja de nosotros

Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos

que nunca han existido

De un grito elevé una montaña

Y en torno bailamos una nueva danza

Corté todas las rosas

De las nubes del Este

Y enseñé a cantar un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino

Que cose los horizontes cortados

 

AMA, Gabriela Mistral

 

Si no amas, no conocerás el universo, porque el árbol, el mar y la noche no son entendidos sino por el Amador. 

 El minero rompiendo no conoce sus montañas; pero tú, cantor que le cantaste, tú sí, la calaste con tu ternura. 

 Sin amor, no es mirada tu mirada; y si amas conocerás, aunque de repente cegarás. 

 Tu amor palpa sin manos y aspira sin labios: es todos los sentidos. Ciñe tu amor, sin brazos. 

 Ama por amar, no por poseer; ama por anegarte en la maravilla, pues el amor es la suma maravilla. Y lo que llamas tú maravilloso, como el cielo, descenderá para ti al ras del polvo, a ras de tus ojos, y lo tendrás a una sola hora de amor. Empieza aquí tu cielo. Pero sin él, en medio de las obras de arte más divinas, tú vivirás las emociones del patán, tú tendrás sin poseerlas todas las bellezas del arte. 

 Pero que no te baste el amor de la mujer, ni del esposo, la llamarada del instinto, que es solamente una hoja de esta rosa del amor, que es infinita. Es la actitud enamorada, es la inteligencia y la fe, y el trabajo enamorado, de los que te estoy hablando. Sin amor, tu inteligencia da monstruos o da muertos; y tu fe quema, y tu trabajo es brutal servidumbre. 

Sin amor, tu inteligencia da monstruos o da muertos; y tu fe quema, y tu trabajo es brutal servidumbre.

No morirás por amar, no morirás amando, que el amar te duplica las venas y te esponja como vela en el mar el corazón, y te fortalece los huesos como a los leones. Pero morirás de frío, de miedo, de cobardía de querer intensamente. 

Y los nombres de Dios, el único completo es el de amor, el de belleza es menos perfecto, y es incompleto el de inteligencia. Llámalo Amor y te responderá y bajará en un resplandor hacia tus días. 

El cielo es sólo el lugar donde se ama acabadamente y la tierra el lugar donde se aprende a amar. No somos aprendices, sino de amor, comencemos pronto. 

 

CORDILLERA (Gabriela Mistral)

¡Cordillera de los Andes,
Madre yacente y Madre que anda,
que de niños nos enloquece
y hace morir cuando nos falta;
que en los metales y el amianto
nos aupaste las entrañas;
hallazgo de los primogénitos,
de Mama Ocllo y Manco Cápac,
tremendo amor y alzado cuerno
del hidromiel de la esperanza!

Jadeadora del Zodíaco,
sobre la esfera galopada;
corredora de meridianos,
piedra Mazzepa que no se cansa,
Atalanta que en la carrera
es el camino y es la marcha,
y nos lleva, pecho con pecho,
a lo madre y lo marejada,
a maná blanco y peán rojo
de nuestra bienaventuranza.

Caminas, madre, sin rodillas,
dura de ímpetu y confianza;
con tus siete pueblos caminas
en tus faldas acigüeñadas;
caminas la noche y el día,
desde mi Estrecho a Santa Marta,
y subes de las aguas últimas
la cornamenta del Aconcagua.
Pasas el valle de mis leches,
amoratando la higuerada;
cruzas el cíngulo de fuego
y los ríos Dioscuros lanzas;
pruebas Sargassos de salmuera
y desciendes alucinada...

Viboreas de las señales
del camino del Inca Huayna,
veteada de ingenierías
y tropeles de alpaca y llama,
de la hebra del indio atónito
y del ¡ay! de la quena mágica.
Donde son valles, son dulzuras;
donde repechas, das el ansia;
donde azurea el altiplano
es la anchura de la alabanza.

Extendida como una amante
y en los soles reverberada,
punzas al indio y al venado
con el jengibre y con la salvia;
en las carnes vivas te oyes
lento hormiguero, sorda vizcacha;
oyes al puma ayuntamiento
y a la nevera, despeñada,
y te escuchas el propio amor
en tumbo y tumbo de tu lava.
Bajan de ti, bajan cantando,
como de nupcias consumadas,
tumbadores de las caobas
y rompedor de araucarias.

Aleluya por el tenerte
para cosecha de las fábulas,
alto ciervo que vio San Jorge
de cornamenta aureolada
y el fantasma del Viracocha,
vaho de niebla y vaho de habla.
¡Por las noches nos acordamos
de bestia negra y plateada,
leona que era nuestra madre
y de pie nos amamantaba!

En los umbrales de mis casas,
tengo tu sombra amoratada.
Hago, sonámbulo, mis rutas,
en seguimiento de tu espalda,
o devanándome en tu niebla,
o tanteando un flanco de arca;
y la tarde me cae al pecho
en una madre desollada.
¡Ancha pasión, por la pasión
de hombros de hijos jadeada!

¡Carne de piedra de la América,
halalí de piedras rodadas,
sueño de piedra que soñamos,
piedras del mundo pastoreadas;
enderezarse de las piedras
para juntarse con sus almas!
¡En el cerco del valle de Elqui
bajo la luna de fantasma,
no sabemos si somos hombres
o somos peñas aprobadas

Vuelven los tiempos en sordo río
y se les oye la arribada
a la meseta de los Cuzcos
que es la peana de la gracia.
Silbaste el silbo subterráneo
a la gente color del ámbar;
no desatamos el mensaje
enrollado de salamandra;
y de tus tajos recogemos
nuestro destino en bocanada.

¡Anduvimos como los hijos
que perdieron signo y palabra,
como beduino o ismaelita,
como las peñas hondeadas,
vagabundos envilecidos,
gajos pisados de vid santa,
vagabundos envilecidos,
como amantes que se encontraran!

Otra vez somos los que fuimos,
cinta de hombres, anillo que anda,
viejo tropel, larga costumbre
en derechura a la peana,
donde quedó la madre augur
que desde cuatro siglos llama,
en toda noche de los Andes
y con el grito que es lanzada.

Otra vez suben nuestros coros
y el roto anillo de la danza,
por caminos que eran de chasquis(2)
y en pespunte de llamaradas.
Son otra vez adoratorios
jaloneando la montaña
y la espiral en que columpian
mirra-copal, mirra-copaiba,
¡para tu gozo y nuestro gozo
balsámica y embalsamada!

El fueguino sube al Caribe
por tus punas espejeadas;
a criaturas de salares
y de pinar lleva a las palmas.
Nos devuelves al Quetzalcóatl
acarreándonos al maya,
y en las mesetas cansa-cielos,
donde es la luz transfigurada,
braceadora, ata tus pueblos
como juncales de sabana.

¡Suelde el caldo de tus metales
los pueblos rotos de tus abras;
cose tus ríos vagabundos,
tus vertientes acainadas.
Puño de hielo, palma de fuego,
a hielo y fuego purifícanos!
Te llamemos en aleluya
y en letanía arrebatada.
¡Especie eterna y suspendida,
Alta-ciudad -Torres-doradas,
Pascual Arribo de tu gente,
Arca tendida de tu Alianza!

 

 

 

Fr. Miguel de Guevara

1585?-1646?

A Jesús crucificado

No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor: muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No tienes que me dar porque te quiera,
porque aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

Levántame, señor...

Levántame, Señor, que estoy caído,
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;
quiérome levantar y estoy me quedo:
yo propio lo deseo y yo lo impido.

Estoy, siendo uno solo, dividido:
a un tiempo muerto y vivo, triste y ledo;
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.

Tan obstinado estoy en mi porfía,
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.

Tu poder y bondad truequen mi suerte
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí, nuevos deseos de ofenderte.

 

 

Amado Nervo

1870-1919

Viejo estribillo

El éxodo y las flores del camino

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
—Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

¿Quién gritando mi nombre la morada recorre?
¿Quién me llama en las noches con tan trémulo acento?
—Es un soplo de viento que solloza en la torre,
es un soplo de viento...

Di, ¿quién eres, arcángel cuyas alas se abrasan
en el fuego divino de la tarde y que subes
por la gloria del éter? —Son las nubes que pasan;
mira bien, son las nubes...

¿Quién regó sus collares en el agua, Dios mío?
Lluvia son de diamantes en azul terciopelo...
—Es la imagen del cielo que palpita en el río,
es la imagen del cielo...

¡Oh Señor! La belleza sólo es, pues, espejismo;
nada más Tú eres cierto: ¡se Tú mi Dueño!
¿Dónde hallarte, en el éter, en la tierra, en mí mismo?
—Un poquito de ensueño te guiará en cada abismo,
un poquito de ensueño...

 

Si una espina me hiere...

Serenidad

Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...¡pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro
ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores?
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocado en flor de paz!

"Via, veritas et vita"

Serenidad

Ver en todas las cosas
del Espíritu incógnito las huellas;
contemplar
sin cesar,
en las diáfanas noche misteriosas,
la santa desnudez de las estrellas...
¡Esperar!
¡Esperar!
¿Qué? ¡Quién sabe! Tal vez una futura
y no soñada paz... Sereno y fuerte,
correr esa aventura
sublime y portentosa de la muerte.

Mientras, amarlo todo... y no amar nada,
sonreír cuando hay sol y cuando hay brumas;
cuidar de que en el áspera jornada
no se atrofien las alas, ni oleada
de cieno vil ensucie nuestras plumas.

Alma: tal es la orientación mejor,
tal es el instintivo derrotero
que nos muestra un lucero
interior.

Aunque nada sepamos del destino,
la noche a no temerlo nos convida.
Su alfabeto de luz, claro y divino,
nos dice: «Ven a mí: soy el Camino,
la Verdad y la Vida.»

Deidad

El estanque de los lotos

Como duerme la chispa en el guijarro
y la estatua en el barro,
en ti duerme la divinidad.
Tan sólo en un dolor constante y fuerte
al choque, brota de la piedra inerte
el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino,
pues lo que en tu interior hay de divino
sólo surge merced a él.
Soporta, si es posible, sonriendo,
la vida que el artista va esculpiendo,
el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas,
si cada hora en tus nacientes alas
pone una pluma bella más?
Ya verás al cóndor en plena altura,
ya verás concluida la escultura,
ya verás, alma, ya verás...

 

La sombra del ala

En voz baja

Tú que piensas que no creo
cuando argüimos los dos,
no imaginas mi deseo,
mi sed, mi hambre de Dios;

ni has escuchado mi grito
desesperante, que puebla
la entraña de la tiniebla
invocando al Infinito;
ni ves a mi pensamiento,
que empañado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.

Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.

Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¡quién sabe!;

que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un porqué?

De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.

 

 

Señor, Señor, Tú antes, Tú después; Tú en la inmensa
hondura del vacío y en la hondura interior:
Tú en la aurora que canta y en la noche que piensa;
Tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor.

Tú en el cenit a un tiempo y en el nadir; Tú en todas
las transfiguraciones y en todo el padecer;
Tú en la capilla fúnebre y en la noche de bodas;
Tú en el beso primero y en el beso postrer.

Tú en los ojos azules y en los ojos obscuros;
Tú en la frivolidad quinceañera, y también
en las graves ternezas de los años maduros;
Tú en la más negra sima, Tú en el más alto edén.

Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo;
si sus labios te niegan, yo te proclamaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: «Yo creo.»
¡Y con cada fe muerta se agiganta mi fe!

 

 

VIDA RETIRADA (Fr. Luis de León)

 

 

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Notas provocativas: anversos, reversos, metaversos y multiversos.

MOVIMIENTOS, VARIACIONES Y DERIVADAS Algunos son hitos en la historia personal de mis lecturas o conversaciones, otras son hallazgos casuale...