UNICEF
Estudio: “El papel de la Educación en la formación del
Bienestar Subjetivo para el Desarrollo Humano. Una revisión al caso chileno”,
realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El estudio se presentó en evento, coorganizado entre UNICEF,
PNUD y el Ministerio de Educación, con la asistencia de la Subsecretaria de
Educación, Valentina Quiroga; el Coordinador Residente de Naciones Unidas en
Chile, Antonio Molpeceres; y la Representante de UNICEF para Chile, Hai Kyung
Jun.
Antecedentes del Estudio:
En 2011, UNICEF y PNUD acordaron incorporar la mirada de
niños y adolescentes en el Informe de Desarrollo Humano sobre Bienestar
Subjetivo (el que se produciría cuando las personas tienen evaluaciones
positivas tanto de sí mismas como de la sociedad en que viven). En este
contexto, se desarrolló un módulo específico en la Encuesta La Voz de los Niños
de UNICEF y se analizó la presencia del tema Bienestar Subjetivo en la
educación chilena. Así, en el marco del Informe Nacional sobre Desarrollo
Humano 2012 en Chile “Bienestar Subjetivo: el desafío de repensar el
desarrollo”, ambos organismos elaboraron un estudio tendiente a conocer cuán
incorporada estaba en la realidad chilena la formación de capacidades clave
para el bienestar subjetivo y cuán pertinente era incluir la formación de estas
habilidades en el quehacer de la educación formal.
En el estudio de 2012 se establece que las sociedades deben
promover la generación de “capacidades”. Esto es, aquellos recursos necesarios
para que las personas puedan ir cumpliendo los objetivos que se han planteado y
de esa forma ir desplegando sus proyectos de vida, es decir, dotarlos de
“libertades reales”.
Estas son las once capacidades que se asocian a la
posibilidad de experimentar Bienestar Subjetivo: Gozar de una buena salud,
tener cubiertas las necesidades físicas y materiales básicas, estar bien con
uno mismo y tener vida interior, sentirse seguro y libre de amenazas, poder
participar e influir en la sociedad en que uno vive, poder experimentar placer
y emociones, tener vínculos significativos con los demás, ser reconocido y
respetado en dignidad y derechos, poder conocer y comprender el mundo en el que
se vive, poder disfrutar y sentirse parte de la naturaleza y, tener y
desarrollar un proyecto de vida propio.
Además, los expertos identifican cuatro capacidades cuya
formación es una tarea propia del sistema escolar: Poder conocer y comprender
el mundo, poder participar e influir en la sociedad en que uno vive, ser
reconocido y respetado en dignidad de derechos y, tener cubiertas sus
necesidades básicas.
Resultados del Estudio:
- Los
estudiantes consideran que la escuela tiene un papel relevante en la
formación de estas capacidades, especialmente en “tener y desarrollar un
proyecto de vida propio”, “ser reconocido y respetado en dignidad de
derechos”, “sentirse seguros y libre de amenazas” y “tener cubiertas sus
necesidades básicas”.
- Los
estudiantes evalúan que la escuela no aborda bien el desarrollo de las
capacidades: “poder participar e influir en la sociedad” y “poder
experimentar placer y emociones”.
- El
análisis curricular muestra que el curriculum chileno enfatiza en un
subconjunto de capacidades (“Poder conocer y comprender el mundo en que se
vive”, “tener vínculos significativos con los demás” y “poder participar e
influir en la sociedad en que uno vive”), dejando postergadas otras
(“Sentirse seguro y libre de amenazas” y “tener y desarrollar un proyecto
de vida propio”).
- La
capacidad de “poder conocer y comprender el mundo en que se vive” es la
que cuenta con mayor factibilidad de ser implementada en el actual
contexto formativo de la escuela chilena, en tanto que la capacidad con
menor factibilidad para ser abordada es “tener y desarrollar un proyecto
de vida propio”.
Conclusiones del Estudio:
- La
posibilidad de que la experiencia escolar en Chile se desarrolle en un
marco de calidad, entendida como integradora de las capacidades
potenciadoras del bienestar subjetivo, aparece incorporada en el discurso
de lo deseado, pero fuertemente tensionada en su potencial realización por
los siguientes cuatro aspectos:
- Formación
integral: Existe un claro desbalance entre las capacidades relevadas como
más propiamente escolares.
- Pertinencia:
Si bien la capacidad de “poder conocer y comprender el mundo en que se
vive” es reconocida como la más propiamente escolar, es una de las que
presenta mayor insatisfacción por parte de los estudiantes. Éstos no ven
que la escuela los esté apoyando en el conocimiento y comprensión del
mundo real.
- Ciudadanía:
la capacidad de “poder participar e influir en la sociedad en que uno
vive” es la segunda capacidad peor evaluada por los estudiantes.
- Autonomía:
Resulta paradójico lo que ocurre con “tener y desarrollar un proyecto de
vida propio”; es considerada como una de las capacidades propiamente
escolares (por expertos y estudiantes), pero el análisis curricular
muestra que es la capacidad menos considerada en el curriculum chileno.
- El
sistema educativo otorga poco espacio para la subjetividad, lo que no
favorece la formación integral y el ejercicio tempranos de la autonomía,
condición clave para el pleno ejercicio del derecho a la educación. La
noción de calidad debe considerar estas perspectivas aún más complejas y
que ponen al sujeto de manera mucho más explícita al centro de su
quehacer.