lunes, 25 de enero de 2010

El respeto: antídoto contra la violencia.



EL RESPETO: BASE DEL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE.

“El respeto se manifiesta en el modo de cómo nos relacionamos con los otros, tanto en lo que decimos, como en lo que hacemos.”


Desde mi punto de vista, el respeto es un valor fundamental para la convivencia humana, ya que de él derivan actitudes positivas hacia sí mismo y hacia las personas y el medio, las cuales permiten la comunicación, es decir, el diálogo interpersonal y social.


En el diccionario Larousse, se indica que la palabra respeto alude a un sentimiento que lleva a reconocer los derechos, la dignidad y el decoro o el honor de una persona o cosa y a abstenerse de ofenderla o de destruirla.


Este concepto supone que el ser humano actúe tomando en cuenta al otro, tanto al más próximo como al más lejano, ya que todas nuestras acciones influyen en el medio ambiente social y natural, ya sea en nuestra familia, en nuestros amigos o bien en el contexto de la sociedad global, por ejemplo, es evidente en las interacciones pacíficas en el hogar, pero también en lo referente a la obediencia a las normas del tránsito y del cuidado del medio ambiente cuando se protege el aseo de un recinto universitario o de la misma ciudad. Las actitudes deferentes hacia los que son distintos también revela la presencia del valor del respeto, por ejemplo, en el caso de la consideración con que se puede tratar a los más pobres o a los representantes de los pueblos originarios, los mapuches en Chile.


El respeto básico pasa por la valoración de los demás seres humanos y actuar sin interferir en su autonomía. La coherencia en un ámbito respetuoso se observa desde el respeto a uno mismo, al ser amado y al desconocido, que es tan digno como nosotros, y por tanto espera que haya gestos adecuados que le permitan vivir en un medio ambiente no amenazante.


Sobre esto último, me parece que se puede hablar de una especie de escala en cuanto a los comportamientos respetuosos. Creo que éstos tienden a ser pasivos cuando sólo se basan en el miramiento hacia alguien o hacia algo, es decir, en no despreciar o desechar. Se trata de evitar el menosprecio. El respeto pasivo consistiría simplemente en no “molestar” a los que nos rodean, y asumir que si no invadimos su espacio, límites, ellos podrían actuar de la misma manera con nosotros. Sabemos que esto no siempre ocurre así.


Sin embargo, creo que hay un peldaño superior en esa escala, y que puedo denominar respecto activo o productivo, es decir, cuando éste promueve conductas que ayudan a cuidarse uno mismo, a las personas y al medio ambiente, como en los casos de la promoción individual mediante el estudio o la elevación social de los más pobres, participando en actividades de acción social, y también a crear espacios para que se exprese la cultura del pueblo mapuche, entre otras expresiones de la diversidad social.


Por supuesto, me parece que ambas formas de respeto requieren aprendizaje, educación, ya que el niño espontáneamente no actúa movido por este valor, el que requiere desarrollar las capacidades comunicativas, el lenguaje, la atención para saber escuchar, y claramente la empatía que ayuda a comprender las necesidades del prójimo.


Según Erich Fromm, psiquiatra alemán, en el libro “El Arte de Amar” expresa que el respeto es uno de los componentes del amor, junto con el cuidado y el conocimiento, que fundamentalmente consiste en la preocupación activa por el crecimiento o el bien propio, amor a sí mismo, y el amor fraternal, que involucra a toda la humanidad.


En conclusión, creo que el respeto activo es un valor humano que puede llevarnos a construir una sociedad armoniosa, en donde todos tengamos un espacio digno para desarrollarnos como personas.

RAK

Notas provocativas: anversos, reversos, metaversos y multiversos.

MOVIMIENTOS, VARIACIONES Y DERIVADAS Algunos son hitos en la historia personal de mis lecturas o conversaciones, otras son hallazgos casuale...